martes, 21 de mayo de 2013

Spaghetti alle vongole al estilo de Ramón y Laura



Hace un par de años (quizá un poco más, que el tiempo pasa muy pido), una amiga que se dedica a producir programas de televisión, me llamó para decirme que estaba haciendo un programa de cocina que consistía en que a ti una persona te enseñaba a cocinar un plato y tú enseñabas a otra a cocinar otro. Cada emisión del programa era una receta, es decir, tú salías en dos programas, en uno como alumna y en otro como profesora. El programa se llamaba "Te paso el delantal": en uno recibías el delantal de la persona que te había enseñado la receta y en el siguiente eras tú la que al final, después de probar el plato, le pasabas el delantal a tu alumno. Como una cadena de recetas. Una buena idea.

Le dije que sí, que perfecto y que la receta que yo enseñaría sería Spaghetti alle vongole a nuestro estilo, porque como los hacemos nosotros no es la forma "ortodoxa" de hacerlos.

Pues os pongo a continuación la receta. Espero que os guste y que os salga bien.

Calculado como para 5 comensales, 100 gr de pasta por comensal

Ingredientes
Almejas 1 kg
Spaghetti ½ Kg
Sal gorda (tiene que ser sal gorda, no vale sal fina, ni Maldon, ni similar)
Aceite de oliva (de oliva de verdad, no vale otro)
Una nuez de mantequilla
Ajo, puerro, apio, cebolla
Perejil
Vino blanco
Guindilla picada al gusto


Modo de hacerlo
Poner abundante agua a cocer. Cuando hierva, echar dos puñados de sal gorda y bajar el fuego, para que se mantenga caliente.

En una cacerola de diámetro grande pero baja (la usaremos luego para saltear la pasta), poner las almejas en crudo, sin aceite ni nada. Llevar al fuego para que suelten el agua y se abran. Como pongo al final, sacaremos la pasta a la mesa en esta cacerola, por lo que es importante que sea una cacerola que podamos sacar a la mesa.

Cuando estén abiertas, apagar el fuego. Con una espumadera, colocarlas con cuidado que no se rompan en otro cacharro. Colar el líquido que hayan soltado en un colador muy fino, a poder ser de tela. Conservar el líquido una vez colado.

En la cacerola en la que hemos calentado las almejas, poner aceite de oliva y abundante ajo cortado en láminas finas. Poner al fuego. Cuando el ajo esté algo dorado, con cuidado que no se dore demasiado, echar la mantequilla. Cuando esté derretida, añadir el puerro picado fino, la cebolla y el apio, también picados finos.

Cuando esté pochada la verdura, añadir las almejas y rehogar bien con la verdura. Añadir vino blanco al gusto y el líquido que habíamos reservado al colar las almejas. Mover con cuchara de madera hasta que el líquido se consuma un poco. Echar abundante perejil picado (reservar un buen puñado para luego). Apagar y reservar las almejas.

Si se quieren algo picantes, echar la guindilla molida junto con la verdura.

Subir el fuego al agua. Cuando se ponga a hervir a borbotones, echar la pasta y mover con cuchara de madera. No hay tiempo exacto para cocer la pasta, ni ésta ni ninguna. Es necesario estar pendiente de ella para que quede “al dente”. Mi truco es ir probando la pasta hasta que al morderla notes que está. Normalmente, cuando la muerdes, si está cruda, ves que el centro está blanco. Cuando está hecha, el centro se queda del mismo color que la parte de fuera. Siempre hay que moverla con cuchara de madera y hay que moverla desde el principio, para que no se quede pegada entre sí.

En esta receta, y en todas aquellas en las que la pasta se rehoga con la salsa, es importante que quede “al dente” para que luego, al rehogarla, no se nos pase.

Cuando la pasta esté, colarla en un colador grande. Tener un buen colador es importante y además no es fácil de encontrar. Los baratos no sirven. Tiene que ser de metal y que cuele bien. Reservar un poco de agua por si fuera necesario para condimentar la pasta. Escurrir bien la pasta.

Previamente, hemos vuelto a encender las almejas para que vayan cogiendo calor y estén calientes cuando la pasta esté cocida. Calcular esto es importante: me refiero a que hay que calcular bien el tiempo para que las almejas estén calientes cuando la pasta esté cocida pero tampoco podemos tener las almejas todo el rato al fuego porque se nos pasan.

Verter la pasta cocida y bien colada sobre las almejas y con ayuda de dos cucharas de madera, mover bien hasta que las almejas y la pasta estén totalmente “mezcladas”. Habremos reservado perejil picado para espolvorear la pasta al final y que nos quede bonita para llevar a la mesa. Esta pasta se lleva a la mesa en esta misma cacerola, por lo que es importante que sea bonita para poder llevarla a la mesa. Yo pongo dos trapos de algodón alrededor, con un nudo en las asas de la cacerola, que queda precioso.

Si vemos que es necesario, al mover la pasta, antes de echar el perejil, poner un buen chorro de aceite de oliva y/o un poco del agua que hemos reservado de la cocción de la pasta.

La pasta se tiene que tomar al momento, cuando esté terminada. Los comensales tienen que estar ya sentados a la mesa cuando estemos rehogando la pasta con las almejas; este detalle es importante porque la pasta no puede esperar, porque se pasa.

Es un buen plato para hacer en compañía, en reuniones de amigos, que estén todos en la cocina, tomando el aperitivo, mientras se hace la pasta. Eso es lo que hago yo y es divertido y bonito.

Poner en la mesa un bol para que cada uno quite las conchas de sus almejas y no las tenga que dejar en su plato.

Aconsejamos comer este plato con un buen vino blanco, tipo Monopol de Cvne.

Vitello Tonnato (o Vitel Tonné)

El fin de semana pasado, una de mis mejores amigas, de esas que tienes desde pequeña, que con sólo mirarte sabes  lo que ocurre y que saben de ti casi más que tú misma, tenía varios eventos familiares en su casa y pensó que hacer Vitello Tonnato era una buena opción porque se puede hacer antes, se toma frío y la verdad es que está muy bueno.

Yo me ofrecí a hacerle algo pero lo tenía ya todo bastante encajado; lo único que me pidió fue mi receta del Vitel Tonné (en casa lo decimos así) por si tenía algún truco que pudiera darle.

Mi fin de semana también fue un poco agitado, pero el sábado a primera hora le envié un mail con esta receta, diciéndole que aprovecharía que ya la tenía escrita para publicarla en el blog. Y dicho y hecho.

Os pongo a continuación la receta del Vitel Tonné. Es un plato sencillo pero hay que hacerlo con tiempo porque la carne tiene que estar fría. Como pongo más abajo, es conveniente hacerla un día antes y dejarla en la nevera. O por la mañana, que se enfríe bien, y montar el plato por la tarde.

En la receta, la carne que pongo, es redondo de ternera. Tened en cuenta que la salsa está tan buena, que perfectamente podeis hacerlo con el morcillo que useis para hacer un caldo cualquier día, lo cortais en rodajas finas y poneis la salsa por encima y adornais la fuente. Es una forma exquisita de aprovechar la carne del caldo.

Como última anotación, mi hermana Patricia me comentó, y tiene razón, que es un plato que conviene ver y probar antes de hacerlo uno mismo, para ver, sobre todo, el punto de la salsa, que quizá es lo que tiene un poco de complicación.
 
Ingredientes:
  • Redondo de ternera
  • Ingredientes habituales para el caldo: cebolla, zanahoria, puerro, apio, clavo, unos dientes de ajo, aceite, sal, unos granos de pimienta, ....
  • Para la salsa: huevos, aceite, sal, anchoas, alcaparras en vinagre, atún en aceite, caldo (un poco del que tenemos de cocer la carne)
  • Para adornar la fuente: la zanahoria cocina del caldo, huevo duro, alcaparras, perejil

Modo de hacerlo:
Atar la carne y cocerla en agua con todos los ingredientes habituales que usamos para hacer caldo. Es conveniente hacerla un día antes para que esté bien fría y prieta cuando hagamos el plato. Cuando vayamos a montarlo, quitamos la cuerda y la cortamos en rodajas de aproximadamente 3 mm. Pongo la medida porque para mí es importante. No pueden ser ni muy finas ni muy gordas para que cuando montemos la fuente y pongamos la salsa, esté bien proporcionada la cantidad de salsa con la carne.

La salsa es sencilla de hacer, lo único un poco complicado es la mayonesa, que no se nos corte. En cuanto a las cantidades del resto de los ingredientes, yo lo hago a ojo, y voy probando hasta que queda el gusto y la consistencia adecuada. Digo "consistencia" porque la salsa tiene que tener una consistencia tal que no sea demasiado líquida porque el plato no queda bien ni tampoco demasiado espesa.

Hacemos primero la mayonesa. Luego añadimos el resto de ingredientes: el atún bien escurrido del aceite (importante que sea en aceite, no en escabeche, y que esté bien escurrido), una/dos anchoas, alcaparras y mezclamos. Si está muy espesa (normalmente es así), añadimos un poco de caldo hasta que nos queda la textura que queremos. Al hacer la mayonesa tener cuidado con la sal, yo no suelo poner al principio porque luego la anchoa y el atún están fuertes. Cuando lo pruebo, añado la sal que sea necesaria y ajusto si veo que falta algún ingrediente. Normalmente  me ocurre que me quedo corta de anchoas y de alcaparras.

Meter la salsa en la nevera un poco mientras cortamos la carne.
Cogemos una fuente plana y grande con bordes para que la salsa no se nos salga.
Ponemos primero una cama de salsa, sin miedo. Encima ponemos una capa de carne y cubrimos con la salsa. Ponemos otra capa de carne que nos quede como "contrapeada", es decir, no unos encima de otros, y cubrimos con salsa de nuevo. Suelo poner sólo dos capas y llenar un poco los huecos que hayan quedado.
Montamos otra fuente si nos ha sobrado carne y salsa.
Para adornar la fuente, cortamos la zanahoria cocida y bien limpia en rodajas como de 3 mm. Cortamos también el huevo (los huevos) duro/s. Cogemos unas alcaparras. Con estos tres ingredientes adormanos a nuestro gusto la fuente, que nos quede irregular el dibujo, no simétrico, y ponemos unas ramitas de perejil en los extremos.
Es recomendable montar el plato con antelación y dejarlo en la nevera cubierto con film (ponemos unos palillos para que no se nos estropee) para que la carne coja el sabor de la salsa y esté bien jugosa. Lo sacamos como media hora antes de comer para que no esté tan frío.
Si sobra salsa, la ponemos en una salsera en la mesa porque está buenísma por si alguien quiere ponerse más.
Y ya está!